“Desde un punto de vista evolutivo, el impacto emocional de esta clase de historias tiene sentido. Nuestros ancestros probablemente habrían visto incrementar sus probabilidades reproductivas obteniendo ciertas clases de información sobre el mundo que les rodeaba. Por ello, las historias sobre ataques de animales, parásitos mortíferos, y fuentes de agua contaminada siguen siendo temas de interés, incluso millones de años después, y a pesar de que la probabilidad de que algo así suceda en un país industrializado a día de hoy sea prácticamente nula”.
Hank Davis, autor de un estudio psicológico (2003) que analizaba las noticias de portada de varios periódicos comprendidos entre el siglo XVIII y el año 2001.
Termina de leerlo en Maikelnaig's Blog
viernes, 13 de marzo de 2009
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